Podría ser un buen momento para pensar en desarrollar un Modelo de Incentivos de Largo Plazo (ILP).

El ciclo económico que estamos observando en nuestro país, se presenta como un buen momento para lanzar un ILP, ya que el futuro potencial de apreciación del mismo, podría ser atractivo.

El accionista a veces posterga esta decisión, pensando en que debe esperar su mejor momento económico para lanzar una iniciativa, sin embargo, no están así.

La apreciación potencial de un ILP en tiempos de bonanza económica, probabilísticamente es más difícil que se logre, versus cuando se inicia un ciclo de reactivación.

Últimamente hemos observado en algunos sectores mayor actividad, lo que hace pensar que el ILP podría ser una interesante herramienta estratégica de gestión, tanto para el accionista, como el management, que permiten alinear objetivos y alcanzar o superar las metas.

Pareciera ser un buen negocio para todos, ya que los ILP deben autofondaerse (self funded), en que el accionista sólo debiera compartir el valor creado sobre lo que se presupuestó (Up Side).

En tal sentido, un ILP tiene un costo autofondeado en la presupuestación de los resultados de negocio y comparte una parte del valor creado, permitiendo además:

  1. Retener y alinear al talento que posee la organización.
  2. Atraer al talento nuevo que requiere el modelo de negocios, en base a las nuevas iniciativas que se deben abordar, que hoy en día cada vez son más prevalentes, tales como; manejo avanzado de e-commerce, omnicanalidad, Low Cost, Big Data, protocolos de Sostenibilidad, Gestión de Riesgos y COSO, entre otras.

Hoy es el momento para pensar en lo queremos para los próximos años, de tal suerte de conceptualizar y diseñar las bases estructurales, para soportar los desafíos que demandan crecimientos innovadores, con saltos cuánticos.

Buen momento para pensar en cuales son los Drivers (KPI) creadores de valor para el negocio, sobre los cuales se debe enfocar el management y por tanto, debidamente incentivados.

Los ILP no debieran ser improvisados, sino debidamente analizados y discutidos, ya que no todos son iguales y no necesariamente sirven para lo mismo.

Respecto de los KPI estratégicos de creación de valor, también es una buena idea de replantárselos, ya que hoy en día que no sólo importa el resultado financiero.

Hoy las empresas se plantan con propuesta más sofisticadas, apostando al triple resultado (triple bottom line), mirando el resultado medioambiental sostenible, socialmente responsable y económicamente rentable.

Es una excelente oportunidad para aquellos que ya tienen un ILP y está caminando hacia su ciclo de término, pensar en la emisión de una nueva versión.

Esta nueva versión de ILP se puede comenzar a devengar en traslapo con el vigente, de tal suerte de generar una nueva propuesta que permita re ecualizar los objetivos estratégicos, en función de las demandas de mercado, que enfoque, alinee y retenga a los elegidos para movilizar el futuro. Esto se denomina overlapping de los vesting.

Para la elección del tipo de programa ILP a ser implementado, es de especial importancia conocer los desafíos estratégicos del negocio, ya que su diseño está directamente relacionado con las motivaciones empresariales, que movilizan sus inversiones.

La correcta identificación de dichas motivaciones es la garantía de acierto en la elección e implementación del mejor ILP, debiéndose profundizar la lectura y correcta comprensión del rumbo estratégico de la organización.

Gregorio de la Fuente Dreyfus
Socio Consultor
3SP Chile S.A.

gregorio.delafuente@3sp.cl